Vivimos en un mundo convulsionado por una humanidad que se expande en una forma que a veces nos parece exponencial.
A la vez que el humano pulula por el planeta, también proporcional y paralelamente, se aumentan sus problemas para sostenerse como especie.
Si alguien descubre alguna buena regla para vivir mejor, se añadirá a la larga lista de deshechos arrojados al basurero de la nada, y será un blanco mas del descontrolado afán por quebrantar reglas del que parecemos padecer todos.
Cuando hablamos de obedecer reglas dictadas por otro semejante, una nación, algún sistema de gobierno sin importar cual sea su ideología, una institución, o cualquier otra cosa palpable, existe una exacerbada tendencia a resistirse, aún desde el principio de su existencia por parte del ser humano.
Cuando esas reglas son dictadas por Dios, esa rebelde resistencia se acentúa notablemente, esgrimiéndose argumentos varios desde los mas creíbles hasta los mas inverosímiles. Desde el que "porque Dios es invisible no debe de ser real", hasta el "Dios no existe aunque yo lo vea", las razones elaboradas son infinitas pero todas convergen en un punto común: "yo quiero hacer lo que quiero, no lo que me dicen, piden u ordenan que haga".
El pueblo cristiano de toda la tierra, la iglesia de Jesucristo, ha sufrido desde sus mismos comienzos, una terrible resistencia a la proclamación de su mensaje y también una terrible resistencia a la obediencia a los mandatos y estatutos que Dios ha propuesto para que la vida sea correcta en cada uno y pueda ser vivida en plenitud y pueda cada uno cumplir la función para la que fue creado en su máxima plenitud. Jesús dijo:"yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Evangelio de Juan capítulo 10 versículo 10).
Tantas veces como fuera posible contar, así ha tratado el pueblo de Cristo interpretar los mandatos de Dios, cada uno a su manera, quizá o siguiendo la interpretación de otros, pero si bien es cierto que somos libres de interpretar la palabra de Dios de la manera que nos parezca correcto, como seres humanos imperfectos y falibles que somos, siempre erraremos en algo, a menos que simple y sencillamente lo consultemos con el mismo Dios creador nuestro y de su palabra.
Antes de intentar descifrar temas que muchas veces escapan a nuestra comprensión, o crear una idea o interpretación personal, si buscamos una mas intensa comunicación con Dios, encontraremos respuestas, paz y dirección de parte de Dios.
CCAURAMFOSES es una sigla que determina un objetivo perseguido por un grupo de seguidores de Cristo, que tratan de volverse a la esencia misma de la vida cristiana, aquella que absorbió y vivió la iglesia primitiva, aquella que nos lleva a una dependencia total de Dios, y que tiene la sencillez de ser apta para todos, y requiere de una rendición de nuestra voluntad a Jesús nuestro Señor si queremos ser sus siervos, sin buscar lo nuestro propio, sino seguir seria y verdaderamente sus pasos.
Por eso nuestro objetivo es basarnos pura y exclusivamente en la Biblia, ser cristianos conservadores a ultranza de su palabra, ser radicales, o sea tener nuestras raíces en Cristo hasta nuestra muerte, fieles y obedientes a Dios, ofrecer nuestra vida como un sacrificio vivo a Dios, esforzados y serviciales a Dios y al prójimo.