Hipocresía:
Del griego: ὑποκρισία hypokrisía:
Fingimiento de cualidades o sentimientos
contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
Es común escuchar desde los
púlpitos, o entre el ámbito evangélico, un
lenguaje poco natural, plagado de frases hechas de las que nadie sabe mucho el
verdadero significado, pero que todo el mundo repite porque alguien ya lo dijo,
o porque queda “bonito” al oído y
hace ver más “espiritual” al que lo
usa. De hecho a los evangélicos se nos conoce más por la forma en que hablamos
que por lo que hacemos, y eso es lo opuesto a como deberíamos actuar
bíblicamente y por mandato de Dios, pues leemos en Isaías 58:1-7
“… alza tu voz como
trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.
Que me buscan cada día, y
quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no
hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse
a Dios.
¿Por qué, dicen, ayunamos, y
no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He
aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a
todos vuestros trabajadores.
He aquí que para contiendas
y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy,
para que vuestra voz sea oída en lo alto.
¿Es tal el ayuno que yo
escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco,
y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a
Jehová?
¿No es más bien el ayuno que
yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y
dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
¿No es que partas tu pan con
el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al
desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?”
Y también dice en Santiago
1:22
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan
solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.”
Y en el versículo 26 dice:
“Si alguno se cree religioso
entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión
del tal es vana.”
Entonces ¿por qué a la
iglesia se le han enseñado tanta pantomima y falsedad?
Es que se han promovido las emociones y los egoístas deseos
humanos y carnales por sobre la relación del hombre con Dios y el temor
reverente hacia Él y su Palabra, entonces para mantener contentas a las masas y
congregaciones, se las entretiene con cultos que son shows y entretenimiento y
una larga lista de peticiones y realizaciones placenteras para que seamos
“felices” porque lo merecemos porque somos “victoriosos hijos de Dios”, sin
embargo en Apocalipsis 3:17 leemos le voz de Jesús que dice:
“Porque tú dices: Yo soy
rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú
eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.”
O se aprovecha su buena fe,
para robarles su dinero escudándose en cosas que no dice la biblia acerca de
prosperidad económica, con el cuento del tío de que “pactes” con Dios, cuando
existe un solo pacto y ése es el de la sangre de Jesucristo derramada en la
cruz, y fue establecido por Dios con los hombres y no de los hombres con Dios. Esto
ha llevado a que los “cristianos” de éste siglo XXI, sean tibios, débiles y
medrosos, buscadores anhelantes de un complaciente “amor” de Dios. Amor al que
se le considera como felicidad y bonanza perpetua de concesiones totales a
nuestras peticiones por parte de un Dios sumiso a nuestro antojo. “Yo hago como
quiero y Dios me cumple todos los caprichos” a esto le llaman “bendiciones” o
“victorias”.
Bendecir, o sea: “hablar bien de”. Dios nunca va a hablar
bien de un pueblo soberbio, egocéntrico, quejoso, melindroso, cobarde e
irrespetuoso de su Dios.
Hoy se levantan autoproclamados “profetas” como en tiempos
de Jeremías que hablan al pueblo lo que éste quiere oír, como está escrito en
el libro de Jeremías 14:13-16:
“Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas les
dicen: No veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar
os daré paz verdadera.
Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no
los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y
engaño de su corazón os profetizan.
Por tanto, así ha dicho Jehová sobre los profetas que profetizan en mi
nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: Ni espada ni hambre habrá en esta
tierra; con espada y con hambre serán consumidos esos profetas.
Y el pueblo a quien
profetizan será echado en las
calles de Jerusalén por hambre y por espada, y no habrá quien los entierre a
ellos, a sus mujeres, a sus hijos y a sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.”
Engañadores y
estafadores que usan el nombre de Dios para su propio beneficio, como dice el
mismo Jeremías en el capítulo 6 verso14:
“Y curan la herida de mi
pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.”
Por tanto es dable
esperar el cumplimiento cercanísimo de las palabras del Señor Jesús escritas en
el evangelio de Lucas 17:26:
“Como fue en los días de Noé, así también será en los
días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento,
hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a
todos.
Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían,
compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de
Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.”
No vendrán aplausos parte de
Dios a su pueblo, sino un juicio total sobre la humanidad depravada y el
cristianismo tibio de éste tiempo esté dentro de las congragaciones religiosas
o fuera de ellas.
No sigamos mintiendo y
diciendo que “ganaremos Melo o Uruguay,
para Cristo”, el Señor Jesús a través de su palabra, la biblia, la palabra de
Dios, por la cual decimos regirnos, no nos manda conquistar países o ciudades,
sino hacer discípulos suyos, no hacer alianzas con políticos corruptos, sino un
compromiso genuino y sincero con el Dios vivo, no a exigirle a Dios una vida
cómoda, sino a darla por la fe en el Señor Jesús.
Es tiempo de volver a tener ese temor reverente al Dios
Santo que produce obediencia y santidad
verdadera “sin la cual nadie verá a Dios” (Hebreos 12:14).
Fuente imágen: https://definicion.de/teatro-griego/